jueves, 30 de octubre de 2008

Change

Aunque nosotros no votamos en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos, sí que nos interesa y nos preocupa bastante lo que allí suceda porque nos afecta a todos. El cambio es necesario por un bien generalizado. Un país así necesita de una vez por todas a una persona inteligente y culta al mando. No quiero ni pensar lo que sería un gobierno liderado por Bush, quiero decir, por el demagogo McCain y por esa tipa llamada Sarah Palin en estos tiempos tan difíciles. Miedo me da lo que pueda hacer la América profunda...

Por la red he encontrado un par de videos realmente desternillantes sobre las elecciones, del primero creo que casi todos estamos al tanto, se trata del capítulo de los Simpsons que emitirán dos días antes de las elecciones del día 4 de Noviembre. En él, Homer quiere votar por Obama, pero la máquina le da el voto al candidato republicano:



Y si la campaña de McCain fuera dirigida por John Woo, Kevin Smith y Wes Anderson, algo que es una verdadera utopía, pero que sin embargo algunos estadounidenses se han creído (!!!), supongo que de los estados del centro, el resultado sería el siguiente video, bastante irónico por cierto. Primero vemos parodiada la típica película de acción de Woo, que relaciona a Obama con Bin Laden (el video está supuestamente apoyado por McCain, claro). Después el estilo independiente en blanco y negro de 'Clerks' de Kevin Smith, que como no podía ser de otra manera, incluye una analogía de 'Star Wars' en la que según sus protagonistas, Obama sería Lando Calrissian, el héroe afroamericano de la galaxia que se dirige a ayudar a Han Solo, y por último, el más logrado, tal vez el que mejor da en el clavo precisamente porque el estilo de Wes Anderson es el más identificable de todos, con la cámara lenta, los extraños personajes, la tipografía de 'Viaje a Darjeeling' y la banda sonora de Bowie. Andersoniano a más no poder.

lunes, 27 de octubre de 2008

Salamanca, Russian Red y la miel en los labios

Antes de comenzar me gustaría deciros que hacer todo lo que está en tus manos para conseguir un objetivo y no lograrlo es una de las peores cosas que se pueden sentir y escribir.
Los días 16, 17 y 18 de Octubre me trasladé a la ciudad charra para visitar a unos amigos, divertirnos y ver especialmente un concierto de música, el segundo de Russian Red al que asistiría en menos de un mes, aunque la última vez sólo escuchamos un par de temas.

La primera noche, la del jueves 16, nos reunimos unas cuantas personas en la casa de soltero del Charlie Sheen español (que inminentemente se iba a Zagreb), un pisito muy acogedor en el que bebimos ginebra intercambiando opiniones con buena música de fondo. Tras acabar con las reservas (esto fue hacia las 3 de la madrugada), salimos hacia los garitos del centro, por el camino recuerdo que intentamos guiar hacia su hotel a un grupo de ingleses perdidos haciendo uso de nuestro aceptable inglés (y eso que ellos hablaban un perfecto español). El problema de la ginebra es que con tres copas ya articulas mal la lengua. Nosotros habíamos bebido alguna más.



La noche salmantina es una auténtica gozada. No sólo por la gente y el permamente ambiente universitario, también por la gran calidad que atesoran un gran número de bares. En todos los sentidos, sobre todo el musical, un aspecto que nunca debe ser descuidado, lo que te permite un mayor índice de disfrute, añadiendo además que ese día se celebraba la fiesta de medicina, sobran las palabras.

Al día siguiente, más que resaca, lo que había era cansancio, mucho cansancio, aun así, cogí mi cámara de fotos como excusa para no aburrirme y me fui a dar una vuelta por la ciudad en plan turista. Nadie se puede perder los pinchos tan singulares del Café Sevilla acompañados por una cañita fresca en su terraza. Hacía ya un par de años que no me pasaba por allí, a veces me sentía un poco estúpido haciendo fotos de lugares que ya tenía retratados de antes (la emblemática Plaza Mayor y sus diferentes entradas, la Casa de las Conchas, la catedral, la plaza de Anaya, la fachada de la Universidad...), pero el tiempo acompañaba, y lo hice para entretenerme hasta la hora del concierto, con el que esperaba relajarme y quitarme de encima todas mis preocupaciones con la dulce y cautivadora voz de Lourdes Hernández, que de nuevo volvía a incluir una canción suya como tema principal de una película recién estrenada, en esta ocasión es su Cigarettes el que suena en 'Camino' de Javier Fesser. No sé por qué, pero teniendo dos grandes canciones ya como temas principales en dos películas, esto me huele a Premio Goya a la mejor canción. Sí, lo vuelvo a repetir por si acaso. Premio Goya a la mejor canción. Es una apuesta segura.



Más tarde salimos de casa ya preparados para ver el concierto, llegamos al auditorio Fonseca y vemos a una gran multitud de gente apostada fuera mientras otra gran multitud pretende entrar dentro. Nosotros pretendíamos entrar y nos abrimos paso hasta el interior, donde una señora encargada de la seguridad nos detiene justo antes de acceder al patio de butacas y nos suelta una frase fatídica: "El aforo está completo, tenéis que dar la vuelta." Tardamos unos pocos segundos en reaccionar, después nos miramos entre nosotros. Nuestras caras lo decían absolutamente todo. La decepción y el shock en ese momento eran tremendos. Os prometo que tardé mucho tiempo en asumir que no iba a poder entrar. Era un hecho que me resultaba increíble. Viajar tantos kilómetros expresamente para ver el concierto y quedarme en la puerta me dejó una sensación de indignación que todavía me recorre el cuerpo. Nos dimos la vuelta para volver a salir al exterior, allí permanecemos con el resto de la gente que se había quedado fuera, observando en silencio la desilusión que se iban a llevar los que todavía no habían entrado y no se habían enterado de la malísima noticia, que no había sitio. Con todos los que no entraron, incluidos nosotros, podían haber llenado otro auditorio más como el Fonseca. No exagero.

El caso es que tras pasar unos diez minutos parados y defraudados en la puerta con toda la multitud, decidimos irnos a un pub, al Molly, a tomarnos unas pintas de Guinness para ahogar nuestras penas y brindar por el concierto que no íbamos a ver. Puede parecer una situación de comedia, pero no lo es (así es mi vida), y aunque nosotros mismos intentábamos hacer chistes y bromas sobre el asunto, por dentro estábamos muy tocados y llenos de ira homicida, al menos yo, que necesito de esta música en directo tanto como el fumador necesita la nicotina.



Debían haber previsto que en una ciudad tan moderna y cultural como Salamanca, el aforo del Fonseca no sería suficiente. No me parece correcto que Lourdes siga tocando en recintos tan intimistas aunque idóneos para su música cuando de sobra es sabido que los fans que acumula por semana crecen en hordas, lo cual es genial y completamente merecido porque es una artista como la copa de un pino, pero este hecho también provoca que haya mucha gente insatisfecha por no poder escuchar su gran voz en directo, como ocurrió el otro día. Sin embargo en Madrid son más previsores y el día 30 toca en La Riviera con Marlango y Tulsa, donde el aforo está a la altura de lo que Russian Red merece.

Al volver, pasamos otra vez por el Fonseca, el concierto había concluido hace poco y aún había gente saliendo. Parecían muy satisfechos, no lo digo con malicia, que alguien salga satisfecho de un concierto de Russian Red es algo normal salvo para los que no lo han visto.

jueves, 23 de octubre de 2008

Un lío de cojones

Así es como califica el agente superior de la CIA interpretado por J.K. Simmons todo lo ocurrido en la última de los Coen. "Un lío de cojones." Nada más lejos de la realidad, porque en 'Quemar después de leer', los hermanos vuelven a demostrar que son los mejores moviéndose en terrenos farragosos como ya hicieran en 'El gran Lebowski', otro grandísimo galimatías, probablemente uno de los más grandes que ha dado el cine. Porque escribir un guión así sin perder el hilo en ningún momento es algo que sólo está al alcance de muy pocos, y los Coen siempre salen airosos de este tipo de tramas confusas y sin sentido.



Intentar explicar de qué va la película con precisión es algo muy complicado. Sabemos que Manolo, un empleado de un gimnasio, encuentra "tirado ahí mismo" un cd con las memorias de un ex agente de la CIA. Que otra de las empleadas de ese mismo gimnasio necesita dinero para realizarse varias intervenciones quirúrgicas con el fin de mejorar su cuerpo, que su amigo es muy idiota (como todos) y propone chantajear al ex agente de la CIA creyendo que así le dará una recompensa por el cd. Que la mujer del ex agente se lo monta con la nueva cita por internet que ha conseguido la mujer del gimnasio, que esta misma mujer del ex agente intenta divorciarse de él, que el encargado del gimnasio, que antes fue sacerdote ortodoxo, está locamente enamorado de su empleada, que... que... no sé, ya me he perdido, y eso que sólo he intentado escribir tres jodidas líneas de la trama. Imaginaos cómo sería escribir el guión entero de tal paranoia. Cualquier persona que no fuera ni Joel o Ethan Coen no hubiera llegado ni a la mitad del primer acto.


En definitiva, 'Quemar después de leer' es una visión de la estupidez y la idiotez humana o americana que no deja títere con cabeza. Con varios de los inconfundibles elementos del universo coeniano puestos sobre la mesa, muy identificables (el tipo que sigue a Clooney constantemente con el coche, el insuficiente padre de Malkovich...). Con los caricaturescos Frances McDormand, George Clooney, Tilda Swinton, Brad Pitt, Richard Jenkins y John Malkovich, que está incomensurable, casi como siempre, los principales encargados de hacer realidad esta socarronería con sus anárquicas interpretaciones. "Sacad al idiota que lleváis dentro. " Les decían los Coen. Y es que ver a Brad Pitt con esa cara de gilipollas no tiene precio, también los demás, pero Pitt en especial, porque a Clooney ya le vimos en 'O'Brother' y en 'Crueldad Intolerable' con esas muecas. De hecho ha confirmado que es el último idiota que hace. Los Coen ya se han lamentado por la pérdida.
Sé que con ellos no puedo ser imparcial, pero aunque lo fuera, seguiría diciendo que son unos genios y que sus películas, incluso las que son llamadas "obras menores", son jodidamente magistrales.

jueves, 16 de octubre de 2008

Éste es Noah Baumbach

Cada vez que le nombro me dirijo a él como "El gran Noah Baumbach", otro de los cineastas que al igual que Wes Anderson, los Coen, Paul Thomas Anderson, Tom DiCillo, Tarantino, Kevin Smith, Stillman y David Fincher por citar algunos, es santo de mi devoción. Tal vez sea por su manía de escribir historias sobre la vida, por escribir historias tan personales, tan duras y crueles, tan amargas y tristes, tan negras, tan extrañamente cómicas y tan reales. Justo como a mí me gusta.

Baumbach nació en Brooklyn (1969) y creció en Brooklyn empapándose del cine de Howard Hawks, François Truffaut y Jean Renoir, aunque su mayor ídolo es Eric Rohmer. Desde una edad muy temprana experimentó lo que era vivir con una familia que se hacía añicos, un hecho al que le ha sacado mucho partido en los últimos años, cuando ha tenido la oportunidad de trasladar esos acontecimientos a la pantalla mostrando así todo el genio que lleva dentro.
Noah es bastante conocido por su labor como guionista de 'The Life Aquatic', la maravillosa e hilarante película de su grandísimo amigo, el maestro Wes Anderson. Los dos son de la misma quinta, y ya forman parte de esa new wave de cineastas que desde la década pasada están revolucionando la forma de hacer cine.



Su trabajo de debut fue 'Kicking and Screaming' en el 95, la película trataba sobre un grupo de amigos recién graduados que durante la misma noche de graduación se replanteaban qué iba a ser de ellos en el futuro, hacia dónde dirigir sus vidas. Baumbach ya nos dejó claro que algún día llegaría a ser uno de los mejores dialoguistas de cine. De hecho, estoy seguro de que a muchos les gustaría poder robarle un poco de esa faceta, incluido yo. 'Kicking and Screaming' fue uno de los trabajos más destacados de la escena independiente de los 90. Todo un éxito de crítica además del consecuente apoyo generacional. Noah fue declarado como uno de los nuevos diez rostros del cine a tener en cuenta. A día de hoy, todavía es imposible conseguir la película en nuestro país, aunque sí que está editada en un dvd que además contiene un cortometraje posterior de Baumbach llamado 'Conrad and Butler Take a Vacation', escrito con su amigo, el actor Carlos Jacott.



Sus dos siguientes películas, 'Mr. Jealousy'(Mr. Celos) y 'Highball', en la que Noah firma el guión junto a Carlos Jacott y Christopher Reed con el seudónimo de Jesse Carter, fueron realizadas en el 97, y pasaron totalmente desapercibidas para el público europeo, a pesar de que Mr. Celos fue su primera película estrenada en España y ha sido repuesta alguna que otra vez en nuestra televisión. En sendas cintas, Noah se rodeó de un reparto bastante similar al de 'Kicking and Screaming', con los actores Eric Stoltz, que aparece en las tres, con Peter Bogdanovich, con el nombrado Carlos Jacott, Chris Eigeman, Justine Bateman, Annabella Sciorra, Dean Wareham, con Nico Baumbach, su hermano y Jonathan Baumbach, su padre. Incluso el propio Noah se atrevió a actuar en estas películas, aunque en la mayoría de las ocasiones tan sólo protagonizara breves cameos. La precaria Highball por cierto, se rodó en sólo seis días.
La temática hasta aquí siempre había derivado más hacia la comedia romántica, eso sí, impresa con la marca tan distinguida y peculiar de Noah Baumbach. A partir de este momento, el cineasta va a intentar buscar financiación y apoyo para realizar sus proyectos más personales, los más autobiográficos y los más potentes, sin olvidarnos de Kicking & Screaming, claro.



De ahora en adelante, Baumbach seguiría una teoría básica y elemental, escribir sobre lo que mejor conocía, en este caso, sobre las familias heridas. No obstante, lo haría con un cine no apto para todos los públicos, con un cine muy inteligente, huyendo de todos los cánones establecidos, huyendo de los convencionalismos, rompiendo con la estructura clásica, porque lo que importaba en estas historias no era tanto la finalidad, sino las relaciones entre sus personajes, y algunos de esos personajes podían o no podían caerte bien, pero hasta para eso Noah tiene una simple explicación: "Los personajes simpáticos no necesitan nuestra simpatía porque ya la tienen, sin embargo, los que no son simpáticos sí que necesitan de ella".

Tras 'Los Tenenbaums', Wes Anderson le pidió que escribiera con él el guión de su próxima película, 'The Life Aquatic', y es que la vida acuática siempre fue una de las obsesiones de este director. The life aquatic with Steve Zissou, que es el título completo de la obra, trata sobre la venganza que quiere llevar a cabo Steve Zissou, un oceanógrafo (parodia y homenaje a Jacques Cousteau) que ha perdido a su mejor amigo en el mar a manos del legendario tiburón jaguar, hacia el que ahora se dirige. Una excéntrica comedia, si es que se puede clasificar así, en la que la tripulación de Zissou representa su propia familia, incluido su posible hijo, al que acaba de conocer. Interpretada por Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willen Dafoe y Jeff Goldblum, además de la estelar aparición de nuevo de Noah Baumbach como actor, esta vez con homenaje incluido a 'Highball', haciendo un cameo del mismo personaje que en aquélla.



Desde el año 2000, Noah ya tenía escrito el guión de su mejor película, 'The Squid and the Whale' (El calamar y la ballena), título con un gran significado y completamente esencial, aunque aquí la tradujeron como 'Una historia de Brooklyn'. Fue su colega Eric Stoltz, actor de sus tres primeras películas, el que le pasó el guión a la actriz Laura Linney, que inmediatamente después de leerlo aceptó el papel. Noah dirigió esta vez, entre otras cosas por ser un producto tan personal, por conocer y saber lo que quería de cada actor mejor que nadie. El problema de esto es que no encontró financiación hasta cinco años más tarde. Al final fue el propio Wes Anderson el que produjo la cinta, que fue rodada en un tiempo récord de 23 días.



'Una historia de Brooklyn' es sin lugar a dudas una de las últimas obras maestras que ha dado el cine norteamericano, una joya que no deja indiferente a nadie que la haya visto. Noah logra en apenas 80 minutos de película lo que cientos de cineastas no han logrado hacer en 120. Hablo de recordar después de verla infinidad de momentos memorables, hablo de contar una historia que te conmueve de verdad, que te produce risas al mismo tiempo que empatizas con la desolación de sus personajes, hablo de unos diálogos inmejorables, de una gran banda sonora, enorme el Hey You de Pink Floyd, y hablo también de una dirección de actores impecable. Jeff Daniels, actor muy infravalorado, se merece un monumento (su papel lo iba a hacer Bill Murray). De Laura Linney no voy a descubrir nada que no hayamos visto ya, es única. Destacar notablemente el trabajo de los más jóvenes, Jesse Eisenberg y Owen Kline, el hijo del también actor Kevin Kline, que realizan un trabajo brillante como los hijos que sufren más que nadie el divorcio de sus padres y el desastre de la custodia compartida. William Baldwin, hermano de los otros Baldwin, también está realmente convincente, ahora ha alcanzado cierta reputación por su papel en la serie 'Sexy Money', y por supuesto Anna Paquin, ¿qué puedo decir yo de Anna Paquin? Me encanta cómo actúa esta chica, la segunda ganadora más joven del Premio Oscar, el que recibió cuando tenía 11 años por interpretar a la hija de Holly Hunter en 'El piano'. Ah, y lo esconde en el guardarropa de su habitación.



'The Squid and the Whale', ambientada en el Brooklyn del año 1986 tiene una clara carga autobiográfica, "cuando ruedas, es muy fácil mantener la distancia, tienes demasiado en lo que pensar. Pero había determinados olores o colores que de repente me hacían recordar cosas de mi infancia de forma indescriptible. Siempre pensé que era una buena señal, que iba por el buen camino". Comenta Baumbach, que utilizó para esta película la experiencia vivida con su hermano del divorcio de sus padres, a pesar de que también hay bastante ficción en lo que escribe, indudablemente.
Como digo, una obra esencial. Premios en multitud de festivales: Nueva York, Toronto, Sundance, y nominación en los Oscar al mejor guión original.



Y llegamos hasta 'Margot y la boda', la última que ha estrenado hasta ahora. En ella, Baumbach vuelve a sus experiencias de la infancia con su madre y el distanciamiento de ésta con su padre. Margot asiste a la boda de su hermana sin su marido, del que quiere separarse, en principio va para apoyar, pero en realidad a lo que va es a criticar y a tirarse a un amigo que vive a una milla. Actuaciones prodigiosas de las dos protagonistas, Margot y Pauline, interpretadas por actrices de notable categoría, Nicole Kidman y la mujer de Baumbach, Jennifer Jason Leigh respectivamente. Otra vez una dirección de actores que asombra porque rezuma a realidad de la buena. Con Jack Black demostrando que también puede llegar a registros más serios, aunque sigan produciendo comedia igualmente, eso ya estaba en el guión. Con el jovencísimo Zane Pais como uno de los hijos de Margot, podemos decir que quizá otra perspectiva del joven Noah Baumbach, y con el siempre correcto John Turturro como el padre. Fue rodada con luz natural.



Tal vez no sea una película fácil de ver, de hincarle el diente, pero quisiera tomar unas palabras de la crítica de Bárbara Escamilla para Cinemanía: "Nos introduce en esos recovecos oscuros repletos de reproches, desarraigo familiar y arañazos a la autoestima. Y lo hace con esa forma extraña y desconcertante de contar, de sugerir, de acercarnos a individuos heridos y cojos con un ritmo quizás demasiado denso pero que va calando y transmitiendo sensaciones contradictorias, que nos llevan de la empatía al rechazo. De la amargura al humor negrísimo. De la crisis al aire. Por eso mueve y conmueve. Por eso su cine es distinto. Por eso, tan alejadas del lenguaje fílmico habitual, sus propuestas seducen. Porque no hay licencias. Porque lo que es crudo se muestra crudo." Y lleva toda la razón.
Hay otra cosa, a mucha gente no le gustan o no entienden los finales de las películas de Baumbach, yo sin embargo opino que son magistrales, muy poéticos, y que no hay que buscar mayor significado en ellos que el que nos proporcionan las imágenes.



En esta última película incluyó además en la banda sonora un temazo que conocía, pero que no me esperaba oír, estoy hablando de Something on your Mind, de Karen Dalton, una mujer que murió en el 93 en las calles de Nueva York abandonada a su suerte, una voz única, desgarradora y peculiar que te llegaba y que te sigue llegando hasta las mismas entrañas. Según Dylan, con el que grabó alguna canción, Karen era su cantante favorita de folk blues, y tocaba la Gibson de 12 cuerdas como el mismísimo Jimmy Reed. Fue una grata sorpresa escuchar esta canción en 'Margot at the wedding', aunque fuera durante los créditos finales, además, la letra tiene mucho que ver con el cine que transmite Baumbach.



Ahora Noah ha vuelto al mundo del guión que tan bien se le da. Ha escrito la próxima de Wes Anderson, 'Fantastic Mr. Fox', que será la primera película de animación del director usando la técnica del stop-motion, que consiste en crear el movimiento a partir de diversas fotografías de objetos estáticos. Se estrenará el próximo año.
Ron Howard también se ha decidido a dirigir otro guión de Noah, éste sobre la novela de Claire Messud, 'Los Hijos del Emperador', que trata sobre tres amigos que viven en Manhattan e intentan redirigir sus expectativas personales y profesionales en la vida en los meses que preceden al 11 de Septiembre. La idea guarda cierto parecido con su ópera prima. Y suma y sigue, porque no para y ya ha escrito la adaptación de otra novela más llamada 'Prep', además de haber encontrado financiación para su próxima película como guionista y director, 'Greenberg', un nuevo drama cómico con Ben Stiller y la estrella del mumblecore Greta Gerwig.

Si os soy sincero, me entran unas terribles ganas de salir a la calle y gritar a los cuatro vientos que Noah Baumbach es la hostia, aunque quizá me miren como a un loco y no muchos me entiendan.

sábado, 11 de octubre de 2008

La película de tu infancia

Podría haber seleccionado otra como Los Goonies o Willow, pero es La historia interminable la que más y mejores recuerdos me trae. Wolfgang Petersen la adaptó de la novela homónima de Michael Ende en 1984. De niño siempre soñaba con ser Atreyu, tener un dragón de la suerte como Fújur, vivir en el mundo de Fantasía y salvar a la Emperatriz Infantil de su extraña enfermedad para evitar que la Nada acabara con todo lo que conocíamos.

Volví a verla hace relativamente poco tiempo, y las sensaciones que transmite siguen siendo las mismas. Mi espíritu infantil sigue estando muy presente, recordando cada acontecimiento como si tuviera 5 ó 6 años. Me maravilla cómo las películas hechas con efectos especiales sin ordenadores siguen perviviendo gracias a la fuerza de su historia, es todo un hito conseguir algo así. Y no sólo con los efectos especiales, también las criaturas estaban hechas a mano.



Sobre el propio argumento, creo que todos lo recordamos, Bastian, el protagonista, se hace con un libro llamado "La historia interminable" en una vieja librería cuando trata de huir de sus compañeros de clase. Tras esconderse en el colegio, comienza a leerlo. Trata sobre Atreyu, un joven que deberá salvar el mundo de Fantasía llegando hasta la Torre de Marfil para darle un nuevo nombre a la Emperatriz. Bastian se encuentra totalmente embuido por la historia, tanto, que al final tendrá que formar parte de ella salvando él mismo a Fantasía.

Toda una epopeya que me hace recordar los mejores momentos de mi infancia. Por cierto, Noah Hathaway, el joven actor que interpretó a Atreyu, tras más de dos décadas en el anonimato, ahora vuelve a protagonizar otra película de fantasía llamada 'Troll'.

jueves, 9 de octubre de 2008

La película que te gusta, pero da vergüenza reconocer

Todos tenemos películas que nos gustan y que a veces nos da vergüenza reconocer. Yo de momento voy a sacar a la luz una de las mías: 'Kingpin' (Vaya par de idiotas), de los hermanos Farrelly (Bobby y Peter), una de sus comedias más gamberras junto a 'Algo pasa con Mary' y 'Dos tontos muy tontos'. Risas aseguradas y posible falta de respiración precisamente por eso, por reír en alguna secuencia, especialmente la del final. El cartel reza: "Bill Murray más divertido que nunca", y no miente.

Estelares interpretaciones de Woody Harrelson como Roy Munson, el jugador de bolos con un garfio en el brazo que da nombre a la expresión "ser como un Munson", es decir, quedarse tirado a mitad del camino o tener el mundo en la palma de la mano y dejarlo escapar. Con el gigante Bill Murray como Ernie McCracken, más conocido como Big Ern, el mejor jugador de bolos de la historia y un auténtico hijo de puta. Con Randy Quaid como Ish, un Amish al que Munson llevará por la mala vida como su aprendiz. Y con Vanessa Angel como la atractiva chica cómplice de los dos amigos. Cualquiera que la haya visto y que haya jugado alguna vez a los bolos, seguro que ha intentado imitar los movimientos y los bailecitos de los personajes en la película.



La historia transcurre en los años 90, cuando Roy Munson es ya un fracasado al que nadie tiene en cuenta, a pesar de que una vez pudo ser alguien en la vida. Ahora tan sólo es una leyenda acabada, el chico que una vez fue el campeón estatal de bolos de Iowa en el campeonato del 79. Un día conoce a Ishmael en una bolera, Roy cree que es un jugador excepcional con el que podría ganar mucho dinero en el campeonato de bolos de Reno y se une a él, pero con el tiempo se da cuenta de que tan sólo es uno más, y de que si realmente quiere ganar ese campeonato, tendrá que jugar él mismo, con mano ortopédica incluida. Una historia sobre perdedores con una banda sonora espectacular, jamás una competición de bolos fue tan divertida, y jamás una persona despeinada me hizo reír tanto. Los pelos que lleva Bill Murray son indescriptibles, el auténtico rey de la comedia.

domingo, 5 de octubre de 2008

Laura Linney. Corazón Indie

A muchos os sonará su nombre, de lo que estoy seguro es de que todos conocéis su cara por haberla visto en alguna película. Laura Linney, nacida en Nueva York en 1964 es una de mis actrices favoritas. De pequeña, el único deporte que le gustaba era el baloncesto, pero le ponía nerviosa. Ha estado nominada al Oscar hasta en tres ocasiones, y otras tres también en los Globos de Oro. Nunca se ha llevado nada. Su última nominación vino a raíz de la excelente 'La familia Savage', una comedia negra sobre dos hermanos (Linney y Philip Seymour Hoffman) que tienen que cuidar de su padre enfermo (Philip Bosco). Una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo, escrita magistralmente por Tamara Jenkins, también nominada en los Oscars en la categoría de mejor guión original, el mismo que este año le arrebató Diablo Cody.



Se dio a conocer con películas como 'Las dos caras de la verdad', con Richard Gere y Edward Norton y también de la mano de Clint Eastwood en 'Poder Absoluto', aunque el público empezó a quedarse con su cara sobre todo por su papel en 'El show de Truman', la primera película seria de Jim Carrey, y una de las únicas junto a la inolvidable 'Olvídate de mí'. En el mismo año, Laura hizo otra película menos conocida, 'Puedes contar conmigo', cobró sólo 10.000 dólares, pero le reportó su primera nominación al Oscar. También la pudimos ver en 'Love Actually' sumergida entre ese gran reparto de actores, en Mystic River volvió de nuevo con Eastwood, uno de los pocos directores con los que trabajaría con los ojos cerrados, bueno, ella y cualquiera. Estuvo en 'La vida de David Gale' junto a otra gran actriz a la que aprecio mucho, Kate Winslet. Por 'Kinsey', la película que nos contaba parte de la vida del famoso sexólogo, fue nominada a su segundo Oscar. Con 'Una historia de Brooklyn' del gran Noah Baumbach, simplemente me hace adorar el cine más de lo que ya lo adoro, y por supuesto, con 'The Savages', creo que ha hecho una de las mejores interpretaciones de su vida.



Es una actriz que se entrega siempre en lo que hace como si en cada papel se jugara la vida. No importa que la mayoría de las veces trabaje para películas de bajo presupuesto. "Soy una actriz para contratar. Todos somos empleados, y querer envolver eso con papel de regalo es absurdo". La mayoría de los méritos para que una actuación sea buena y tenga éxito se los atribuye al guión. "Un personaje es fácil de interpretar cuando el guión es muy bueno. Eso te da muchas pistas sobre la dirección que debes seguir cuando actúas".
Comenzó su carrera en Broadway, donde ha vuelto esta temporada y donde goza de una gran reputación. Desde niña siempre ha estado muy unida al teatro. Su padre era dramaturgo. También ha trabajado para la televisión en las series 'Wild Iris' y 'Frasier', por las que ganó dos Emmys.



Entre sus futuros proyectos, parece ser que la veremos en la comedia de la debutante Toni Kotite llamada 'Kevin Approaches' con Christopher Walken, Guy Pierce, Robert Carlyle y Minnie Driver.

viernes, 3 de octubre de 2008

Untitled Screenplay

"Untitled Screenplay" o "Guión sin Título" son hoy por hoy algunas de las palabras que más detesto, y es que encontrar un título original es una de las tareas que más me está costando últimamente a diferencia de lo que ocurría antes. No exageraría si dijera que tengo menos problemas para construír personajes e incluso para desarrollar tramas, y no es que sea ningún delito empezar a escribir un guión sin que éste tenga todavía nombre, todo lo contrario, es algo muy normal, pero se convierte en un problema grave cuando semanas después de concluir el primer borrador aún no se te ha ocurrido nada que dé con el eje de la historia y que sobre todo, te guste, porque puede ser que un día se te ocurran una veintena de títulos, pero poco a poco los vas desechando por ser demasiado vulgares y poco interesantes.

Más te preocupa si el tiempo sigue pasando y todavía no has dado con el título idóneo, el asunto se convierte en un verdadero calvario que no te va a dejar en paz durante las 24 horas del día que estarán pululando por tu cabeza más y más ideas sobre posibles títulos, lo malo es que sigues sin ver ninguno de ellos viable, hasta que un día, cuando crees que has encontrado la solución y que todo se acabará, tecleas lo que crees que es tu salvación en internet y sorpresa, resulta que ya hay por lo menos 2 ó 3 películas que se llaman así, y aunque podrías hacer caso omiso a ese dato, a mí no me gusta nada tener que poner un título que ya existe. Pero lo más gracioso de todo, es que el mayor tanto por ciento de las veces acabarás escribiendo el que se te ocurrió al principio.

Menos problemas tienen en algunas series de televisión para darle nombre a sus capítulos, sobre todo en un gran número de las españolas, que no hacen más que tomarlos prestados (copiarlos) de las películas. Eso sí, si dicho título tiene más de cuatro palabras, pues le cambian una supuestamente buscando la comedia (y el "homenaje"). Eso es ser práctico y lo demás son tonterías.