lunes, 27 de octubre de 2008

Salamanca, Russian Red y la miel en los labios

Antes de comenzar me gustaría deciros que hacer todo lo que está en tus manos para conseguir un objetivo y no lograrlo es una de las peores cosas que se pueden sentir y escribir.
Los días 16, 17 y 18 de Octubre me trasladé a la ciudad charra para visitar a unos amigos, divertirnos y ver especialmente un concierto de música, el segundo de Russian Red al que asistiría en menos de un mes, aunque la última vez sólo escuchamos un par de temas.

La primera noche, la del jueves 16, nos reunimos unas cuantas personas en la casa de soltero del Charlie Sheen español (que inminentemente se iba a Zagreb), un pisito muy acogedor en el que bebimos ginebra intercambiando opiniones con buena música de fondo. Tras acabar con las reservas (esto fue hacia las 3 de la madrugada), salimos hacia los garitos del centro, por el camino recuerdo que intentamos guiar hacia su hotel a un grupo de ingleses perdidos haciendo uso de nuestro aceptable inglés (y eso que ellos hablaban un perfecto español). El problema de la ginebra es que con tres copas ya articulas mal la lengua. Nosotros habíamos bebido alguna más.



La noche salmantina es una auténtica gozada. No sólo por la gente y el permamente ambiente universitario, también por la gran calidad que atesoran un gran número de bares. En todos los sentidos, sobre todo el musical, un aspecto que nunca debe ser descuidado, lo que te permite un mayor índice de disfrute, añadiendo además que ese día se celebraba la fiesta de medicina, sobran las palabras.

Al día siguiente, más que resaca, lo que había era cansancio, mucho cansancio, aun así, cogí mi cámara de fotos como excusa para no aburrirme y me fui a dar una vuelta por la ciudad en plan turista. Nadie se puede perder los pinchos tan singulares del Café Sevilla acompañados por una cañita fresca en su terraza. Hacía ya un par de años que no me pasaba por allí, a veces me sentía un poco estúpido haciendo fotos de lugares que ya tenía retratados de antes (la emblemática Plaza Mayor y sus diferentes entradas, la Casa de las Conchas, la catedral, la plaza de Anaya, la fachada de la Universidad...), pero el tiempo acompañaba, y lo hice para entretenerme hasta la hora del concierto, con el que esperaba relajarme y quitarme de encima todas mis preocupaciones con la dulce y cautivadora voz de Lourdes Hernández, que de nuevo volvía a incluir una canción suya como tema principal de una película recién estrenada, en esta ocasión es su Cigarettes el que suena en 'Camino' de Javier Fesser. No sé por qué, pero teniendo dos grandes canciones ya como temas principales en dos películas, esto me huele a Premio Goya a la mejor canción. Sí, lo vuelvo a repetir por si acaso. Premio Goya a la mejor canción. Es una apuesta segura.



Más tarde salimos de casa ya preparados para ver el concierto, llegamos al auditorio Fonseca y vemos a una gran multitud de gente apostada fuera mientras otra gran multitud pretende entrar dentro. Nosotros pretendíamos entrar y nos abrimos paso hasta el interior, donde una señora encargada de la seguridad nos detiene justo antes de acceder al patio de butacas y nos suelta una frase fatídica: "El aforo está completo, tenéis que dar la vuelta." Tardamos unos pocos segundos en reaccionar, después nos miramos entre nosotros. Nuestras caras lo decían absolutamente todo. La decepción y el shock en ese momento eran tremendos. Os prometo que tardé mucho tiempo en asumir que no iba a poder entrar. Era un hecho que me resultaba increíble. Viajar tantos kilómetros expresamente para ver el concierto y quedarme en la puerta me dejó una sensación de indignación que todavía me recorre el cuerpo. Nos dimos la vuelta para volver a salir al exterior, allí permanecemos con el resto de la gente que se había quedado fuera, observando en silencio la desilusión que se iban a llevar los que todavía no habían entrado y no se habían enterado de la malísima noticia, que no había sitio. Con todos los que no entraron, incluidos nosotros, podían haber llenado otro auditorio más como el Fonseca. No exagero.

El caso es que tras pasar unos diez minutos parados y defraudados en la puerta con toda la multitud, decidimos irnos a un pub, al Molly, a tomarnos unas pintas de Guinness para ahogar nuestras penas y brindar por el concierto que no íbamos a ver. Puede parecer una situación de comedia, pero no lo es (así es mi vida), y aunque nosotros mismos intentábamos hacer chistes y bromas sobre el asunto, por dentro estábamos muy tocados y llenos de ira homicida, al menos yo, que necesito de esta música en directo tanto como el fumador necesita la nicotina.



Debían haber previsto que en una ciudad tan moderna y cultural como Salamanca, el aforo del Fonseca no sería suficiente. No me parece correcto que Lourdes siga tocando en recintos tan intimistas aunque idóneos para su música cuando de sobra es sabido que los fans que acumula por semana crecen en hordas, lo cual es genial y completamente merecido porque es una artista como la copa de un pino, pero este hecho también provoca que haya mucha gente insatisfecha por no poder escuchar su gran voz en directo, como ocurrió el otro día. Sin embargo en Madrid son más previsores y el día 30 toca en La Riviera con Marlango y Tulsa, donde el aforo está a la altura de lo que Russian Red merece.

Al volver, pasamos otra vez por el Fonseca, el concierto había concluido hace poco y aún había gente saliendo. Parecían muy satisfechos, no lo digo con malicia, que alguien salga satisfecho de un concierto de Russian Red es algo normal salvo para los que no lo han visto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya se ve que, después del fracaso en taquilla (la 7ª película de la semana pasada, y eso que no había muchas más), a Fesser le interesa crear polémica antes del fin de semana.



Cometí el error de ir a ver Camino, lo cual sólo me hizo pasar un mal rato con una película larga, lenta y sangrienta. Estoy de acuerdo con los críticos: el tema se aborda lentamente y la película resulta como una patada en el estómago. Tuve que irme al cabo de dos horas de película… y todavía le quedaba lo peor, según me han contado.



La película ya está en la red para descargar. Os recomiendo que os la bajéis y gastéis ese dinero en unas buenas copas, en lugar de pasar un mal rato en el cine.

Víctor M. dijo...

Gracias por tu opinión acerca de esta película, aunque no creo que éste sea el lugar donde maldecirla, ya que aunque se la nombre, no es una entrada dedicada a ella.

Y aunque sé que no debería entrar al trapo, lo voy a hacer.
¿No es algo contradictorio decir que la película no te ha gustado y después recomendarle a la gente que se la baje de internet?
Por supuesto se respeta tu opìnión de que la película te ha parecido poco productiva e insatistactoria y sangrienta y todo lo demás, pero puede, es más, seguro, que otra gente tiene y tendrá una opinión distinta a la tuya y a la de ciertos críticos. Por lo tanto, que cada cual juzgue por sí mismo lo que le gusta y lo que no sin verse influenciado por nadie. Que una película cause polémica no es algo malo. Oliver Stone lo lleva haciendo toda la vida y es genial. De todos modos, simplemente espero que no seas uno de los que piensan que esta película esta hecha contra Dios, porque estarás cayendo en un tremendo error. En realidad es una obra emocionante y conmovedora con una actuación prodigiosa como la de Nerea Camacho.
Y como yo habrá otros tantos miles que piensen así, y como tú, habrá otros que piensen lo contrario, pero no se le puede decir a la gente: "no vayas a ver esto."

Repito, gracias por tu comentario, pero éste no es el tema a abordar.